domingo, 26 de mayo de 2013

EXPOSICIÓN Y TOROS

Hay pequeñas (o grandes) cosas que alimentan el espíritu, hacen que nos elevemos por encima de la materia y que, durante unas horas, olvidemos los acontecimientos cotidianos desagradables que nos rodean. Me estoy refiriendo a actos culturales como, por ejemplo, la presentación de la Exposición Cárcel Real de Coria, los toros y los flamencos: las rejas de la memoria , del ilustrador cacereño Pablo Pámpano Vaca, con 41 electrografías sobre toreros y flamencos. El incomparable marco de la Cárcel Real, convertida en museo, albergó un acto íntimo y emotivo en el que sentimos el estímulo del arte: con la vista disfrutamos de la contemplación del arte rompedor de Pámpano, que bebe del pop y del influjo de los tebeos, y mezcla los tradicionales azulejos o el asfalto con una técnica depurada; nuestros oídos se deleitaron escuchando canciones sobre el mundo taurino en la potente voz del cantaor Juan Corrales, acompañado del guitarrista Perico de la Paula, todos de la tierra, de pata negra; y los asistentes, con una copa en la mano saboreando un vino español y propiciando la conversación con amigos y conocidos, para salir de la rutina y cargar las pilas del espíritu. Y cuando algo sale redondo, pocas personas aprecian que detrás de cada acto está el trabajo de mucha gente. En este caso fue posible gracias a la magnífica organización del director del museo, Juan Pedro. Coria, la ciudad del toro por excelencia, no sólo lo lanza por las calles sino que lo expone en el Museo de la Cárcel para disfrute de sus habitantes. Echándole imaginación, me pareció ver la silueta de los presos de siglos atrás, asomados por el ventanuco de la Celda Fuerte y la de los Nobles, para asistir al espectáculo. No podían perdérselo. PUBLICADO EN EL PERIÓDICO EXTREMADURA EL SÁBADO 25 DE MAYO DE 2013

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