miércoles, 15 de febrero de 2012

WHITNEY: KEVIN COSTNER NO ESTABA ALLÍ

Sigo con mi teoría ( que es la de muchos) de que los grandes mitos fallecen jóvenes. Menos mal que los hombres y mujeres de valía, los grandes estadistas, científicos y literatos, mueren longevos, y con todas las neuronas intactas.
De nuevo es el caso chico o chica pobre, precoz ─Whitney comenzó a cantar a los once años─, que busca (o le buscan) obtener el éxito, la fama, nadar en dinero. Logran halagos, verse rodeados de lujo y parafernalia, a su alrededor siempre abundan tiburones que manejan los hilos de sus vidas, mientras las estrellas hacen aquello que saben hacer: cantar o jugar al tenis, pasando de ser personas a simples marionetas, barquitos zarandeados por el oleaje de la vida hasta que ─inexorablemente─, terminan en el naufragio. Tienen que pagar una factura muy alta. En el fondo, en momentos de reflexión y lucidez, se sienten utilizados, sin infancia, sin adolescencia ni juventud, “me gusta un chico, quiero salir con él, ir al cine con mis amigos…” , eso les está vedado.” No puedes, hay que ensayar, entrenar, producir, reservarte para tus actuaciones”. No, no puedes, sólo debes fabricar dinero, para el padre, el hermano, el marido o el manager. Siempre habrá garduñas de turno alrededor del mirlo blanco del talento, y las consecuencias siempre son las mismas. Alguna como Marisol, ha logrado hacerse con las riendas de su vida y la vive como le da la gana; otros viven frustrados y, los más, llegan a buscar sustitutos de la felicidad o la evasión en las drogas, hasta que ─como el diablo de Fausto─, viene a cobrarse su vida. Siempre demasiado pronto, como en el caso de Whitney Houston. Con sólo cuarenta y ocho años, decenas de premios, millones de discos vendidos, una voz prodigiosa, sus canciones imitadas en cualquier programa musical de artistas noveles, escándalos y rumores de todo tipo en su vida, con temas míticos como I will always love you y un éxito cinematográfico con El guardaespaldas, su muerte fue similar a la de muchas otras famosas. Sólo que en esta ocasión, Kevin Costner, su guardaespaldas, no estaba allí para rescatarla del peligro.
PUBLICADO EN EL PERIÓDICO EXTREMADURA EL MARTES 14 DE FEBRERO DE 2012

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