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LAS VENTAJAS DE LA MUERTE ROSA LÓPEZ CASERO No importa lo mala persona, villano o cabrón que hayas sido en vida, tus trapicheos en la empresa privada o la política, tu vida licenciosa o tu pasividad ante la miseria, los malos tratos o la injusticia. Nada de esto importa cuando te mueres. Ese día, como por arte de ensalmo, cualquier borrón que hubieras tenido en tu vida, tu forma de ser, de actuar, tus errores, vicios, vida de crápula… todo, todo se borra de un plumazo y ¡oh! prodigio: ese día, el último de tu vida, te conviertes en la mejor persona, la más valiente, culta, inteligente, magnánima, amiga de todo el mundo, remendadora de entuertos, caritativa, etc., etc. Claro que vaya un consuelo. Para eso hay un refrán en nuestra tierra que dice: «Después del burro muerto, la cebada al rabo». Y digo yo: ¿Hay que esperar a morirse para que hablen bien de uno? ¿Tanta envidia, inquina y mala baba tenemos los vivos? ¿Por qué esos parabienes, esas loas, esos panegíricos hacia las personas no se hacen en vida? ¿Por qué se les ponen nombres de calles, se les levantan monumentos, se escriben artículos sobre ellos cuando ya no se enteran? Esto que puede parecer una tontería, es para hacernos reflexionar y pensar que, la única vida que conocemos y que estamos seguros de vivirla, es ésta, por tanto, deberíamos invertir los tiempos y organizar los homenajes y reconocimientos cuando la persona digna de ese merecimiento aún está entre nosotros y lúcida. Así, ese sentimiento del amor, la admiración o el respeto de personas o instituciones, lo habrá vivido desde la emoción y se lo podrá llevar con él a la tumba, Han muerto seguido varias personas populares: el actor Paco Morán, el presentador José Luis Uribarri, el político Peces-Barba, el líder cubano Oswaldo Payá. Podrían aplicar a ellos mis palabras anteriores, las de agradecimientos, digo, no comentarlas para los medios de televisión a la entrada o salida del tanatorio. Porque, afortunadamente, ser educados y agradecidos en vida, es algo con lo que nunca podrá la crisis ni el rescate ni la Merkel, ni el euro, ni los mercados, ni los políticos. Es cuestión de psique. Y es gratis. PUBLICADO EN EL PERIÓDICO EXTREMADURA – SECCIÓN TRIBUNA- EL JUEVES,26 DE JULIO DE 2012